El alucinante mundo de Norman

EE.UU. (2012) 92´

Dirección: Chris Butler y Sam Fell

Guión: Chris Butler


Por Javier Viruete*

Es obvio que, desde hace unos años, se ha ido gestando una nueva corriente en el cine de animación dirigido al público infantil y cuyas raíces quizás puedan situarse en la muy influyente Pesadilla antes de Navidad. En las pantallas de cine y caseras de los últimos años, hemos podido ver películas como Los mundos de Coraline, Monster house, Frankenweenie o la española Papa, soy una zombi, por citar algunas, que permitían la entrada de un imaginario monstruoso e inquietante al cine más «familiar». La lista, además, se hace más larga si nos remitimos también a las películas de imagen real. En realidad, los elementos de terror y sobrenaturales han sido algo bastante típico e incluso natural tanto en la literatura como en el cine infantil más clásico, ya en El mago de Oz, seguramente la novela infantil más influyente de Estados Unidos, encontramos brujas malvadas, conjuros y monstruos varios, y los cuentos de los hermanos Grimm son famosos por los elementos crueles y tenebrosos en sus versiones originales. De hecho es extraño el show infantil que no coquetea con la idea de los monstruos o elementos de terror (recordemos el mítico episodio de Punky Brewster) con su máxima expresión en Scooby-Doo del que hace su leit motiv. Sin embargo, esta nueva tendencia difiere un poco a estas manifestaciones anteriores al presentar un gusto especial por la estética «siniestra» y que parece ser del gusto de muchos jóvenes que han crecido con este tipo de producciones.

El alucinante mundo de Norman queda quizás en un camino intermedio introduciendo, por un lado, algo de este imaginario siniestro, pero siendo, por otro lado, un sincero homenaje a las películas de terror de los años 80 a las cuales hace frecuentes guiños totalmente dirigidos al público más adulto y, sobre todo, al que disfrutaba (disfruta) de estas producciones, casi siempre de bajo presupuesto. Este camino intermedio se hace también patente en el protagonista, un niño de 10 años enamorado de las películas de miedo y de su estética, pero dotado de un inquietante poder paranormal que le lleva por el camino del cine de terror.

La historia que El alucinante mundo de Norman nos narra se sitúa en el pueblo de Blithe Hollow, una comunidad que hace 300 años condenó a una supuesta bruja a la hoguera y que, antes de morir, lanzó una terrible maldición a la comunidad que ahora presenta esa parte de su historia como una trampa para turistas, siendo la principal seña de identidad del pueblo. Aquí nos encontramos con Norman Babcock, un niño con la capacidad de ver y oír a los muertos… Para Norman, este «don» es una pesada carga que le hace ser incomprendido, tanto por su familia como por sus compañeros de colegio, donde es ridiculizado y marginado constantemente. Sin embargo,  pronto descubrirá que la maldición de la bruja es muy real y que él es el único que puede detenerla.

La película corre de la mano del estudio Laika, quienes presentan su segundo largometraje después de Los mundos de Coraline y que en esta ocasión codirigen Chris Butler (quien también guioniza el título) y Sam Fell, dos veteranos que cuentan en su carrera el haber participado en películas como La novia cadáver (el primero) o El valiente Despereaux (el segundo) y que coinciden por primera vez para realizar este atípico título que destaca por su desarrollo argumental. De hecho, tales son las resonancias con las películas de terror que homenajea que, a veces, parece que la elección de que este sea un título infantil en lugar de uno de terror es puramente circunstancial y deja la sensación de que podría haber funcionado como tal con cambios no muy profundos.

La cinta despliega su historia de una forma pausada al principio, centrándose en el personaje de Norman, en sus sentimientos, en su soledad, y en como su entorno le ve diferente y le condena por ello; sin embargo, hacia la mitad del metraje comienza a desarrollarse un ritmo diferente, plagado de escenas de acción (un poco largas por cierto) y, aún más importante, de terror, las cuales han suscitado un debate sobre la edad para la que está dirigida esta película que oficialmente es NR 7 años, aunque, en mi opinión, es posible que niños incluso más pequeños disfruten la película sin problemas. Como siempre, un punto que debería tomarse en consideración de forma individualizada, pensando en la madurez y sensibilidad de cada niño en cuestión.

Hay ciertos puntos en la película en que sus directores nos sorprenden rompiendo el ritmo, un tanto frenético de la cinta, para pararse a reflexionar sobre ciertos aspectos de la historia que nos hablan del miedo a lo diferente y a lo que no comprendemos bien. La trama hace una clara analogía entre la caza de brujas del siglo XVII y las reacciones de la sociedad actual hacia lo diferente, dándonos a entender que no todo ha cambiado tanto como pueda parecer en la sociedad norteamericana. Se llega lo suficientemente lejos en esta dirección como para plantearse, ante la insistente preocupación del padre de Norman, si este tiene miedo por Norman o de Norman… Finalmente, el anticlímax final de la película ofrece algo a lo que estamos muy poco acostumbrados en el cine de aventuras y que acaba de redondear una película que destaca por el desarrollo de su historia y por su capacidad de reflexionar sobre temas importantes y actuales sin los edulcorantes habituales. La vuelta a las mansiones encantadas es, en esta ocasión, para todos los públicos.


*Javier Viruete es un apasionado de la literatura, el cine, la magia, el teatro, el cómic y de varias otras artes imaginarias aun por inventarse. Su profesión es Sociólogo, especialista en educación, pero ha trabajado en multitud de oficios como investigador social, en videojuegos, mago, y emergencias aéreas por citar solo algunas. Ha viajado por casi 25 países y tiene una gata negra llamada Suerte, pues le gusta tener la fortuna cerca.

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