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“Abrir los ojos. Detenerse a entender la maravilla del simple hecho de abrir los ojos. Ahuyentar la prisa y observar, como quien contempla una obra de arte, ese cachito de cielo que el universo ha puesto a tu alcance en el hueco de una ventana. Respirar una bocanada de aire, un sorbo de vida. Recibir esas pequeñas cosas cotidianas como un regalo” Con este pequeño pensamiento tan bien descrito, empieza Raquel Díaz a mostrarnos el placer de las pequeñas cosas. Un paseo por pequeños placeres tan cotidianos y tan nuestros a la vez, que nos dibuja página a página esa sonrisa tonta y boba, por reconocernos en su galería de placeres. Es así como me he sentido, desde su olor a café mañanero, o con ese remoloneo debajo del edredón, alargando esos cinco minutos de éxtasis, contemplando la luna o la puesta de sol, sintiendo la hierba recién cortada bajo tus pies o simplemente su olor…. Me he sentido cómplice en cada placer, e incluso me ha sumergido en mi propio recorrido particular, invadiéndome una calma y paz muy especial, aterciopelada, dulce. Una edición en pequeño formato que nos regala en cada doble página los placeres de la autora al que acompañan unas ilustraciones cálidas llenas de dulzura. Un pequeño álbum sin duda muy especial, que más bien cautivará a los adultos, por la belleza de las descripciones de cada pequeño placer, por esa simplicidad tan directa, transparente, clara, es increíble sentir como el texto te envuelve con tanta fuerza, que sumándole la dulzura de las ilustraciones, llegas hasta sentir el olor a café recién hecho, o los cosquilleos de ese abrazo que recibes del que te espera, o sencillamente sentir el silencio dentro de ti, aunque parezca mentira en el mundo en que vivimos. Un pequeño gran descubrimiento que me ha hecho sentir muy feliz. Ficha técnica Mis pequeños placeres Raquel Díaz Reguera |
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