¡Piratas!
UK (2012) 88´
Dirección: Peter Lord y Jeff Newitt
Guión: Gideon Defoe
Por Javier Viruete*
Siempre es una buena noticia conocer una nueva producción realizada con lo que me parece una de las técnicas más hermosas, creativas y laboriosas del cine. No es otra que la animación con plastilina o claymation, si queremos utilizar el término específico anglosajón para este tipo de técnica que, por desgracia, no goza de la popularidad de otras más en boga como la animación 3D. No obstante, ¡Piratas! está producida por el estudio británico Aardman, unos auténticos especialistas que ya nos han deleitado anteriormente utilizando la plastilina con sorprendentes resultados, pensemos en Wallace y Gromit o en Chicken Run por ejemplo.
Es posible que con ¡Piratas! Aardman animation y su director Peter Lord (también director de Chicken Run) hayan logrado una obra cumbre en este formato, pues es suficiente con echar un vistazo a cualquier fotograma de la película para observar la excepcional calidad y la atención al detalle de este aspecto de la película, que ya consigue hacernos sonreír solamente valorando su calidad plástica. Los personajes, escenarios, etc., se desvelan como auténticas obras de arte que se mueve con fluidez durante toda la película.
Más allá del aspecto puramente técnico, encontramos una película con un guión trabajado, una historia que, sin llegar a ser original, sí se aleja de los clichés argumentales de los piratas, y una acción basada principalmente en el humor que sabe encontrar un hueco en un panorama de cine infantil (o familiar, como gusta ahora decirse) en el que Pixar proyecta largas sombras.
Curiosamente, la sombra de Pixar no deja de estar presente en la película y no podemos evitar encontrar ciertas resonancias, aunque en este caso se trata de un diálogo entre películas (concretamente con Toy Story), no de una eclosión como podemos sentir viendo otras películas, por ejemplo de Dreamworks. ¿Será el secreto para salir airoso de tan ardua batalla poner el foco de atención en el humor en lugar de los sentimientos?
La película comienza presentándonos a sus protagonistas, una tripulación de piratas que navegan los mares cometiendo saqueo, portando sables relucientes, contrayendo «enfermedades exóticas» y comiendo jamón asado. Siempre bajo el mando del protagonista indiscutible del film, y quizás aquí radique el punto débil de esta producción, Capitán Pirata. Capitán, pues éste parece ser el nombre del personaje, es un tanto incompetente como pirata pero, sin embargo, muy respetado, querido e incluso admirado por su tripulación, quienes confían ciegamente en él. Este año, piensa que tiene más posibilidades que nunca de ganar el premio al pirata del año, en el que los mejores piratas compiten con su barba, el estruendo que hayan podido causar y. principalmente. por el botín conseguido a través de sus fechorías. Pronto Capitán Pirata se dará cuenta de que no tiene posibilidades con los grandes competidores que se le presentan, por lo que se hace a la mar para conseguir la fama y el botín que necesita a cualquier precio.
Con esta premisa se desencadena una serie de eventos que llevan a la tripulación a conocer al naturalista Charles Darwin y a viajar a Londres donde la reina Victoria, enemiga acérrima de los piratas, les pondrá en situaciones delicadas. Durante toda la trama, el humor, un humor inglés un tanto gamberro por cierto, logra ponerse por delante de otros elementos presentes e importantes, como las aventuras o las escenas sentimentales. Se agradece además un doble juego con este sentido del humor que excede lo puramente infantil para hacer varios guiños y concesiones a la parte adulta de la audiencia, así podemos observar la aparición del hombre elefante, de Jane Austen, ciertos gags y la música en general, cuyos temas pertenecen más bien a la época de juventud del posible padre que vea la cinta.
Un punto a comentar en la versión española de la película es el doblaje que ha corrido a cargo del actor José Coronado con una participación especial del futbolista Iniesta. Entendemos que esto es un reclamo comercial para la película, pero quizá deberíamos reflexionar sobre lo que significa este tipo de iniciativas para la profesión del actor de doblaje, ya que cada vez son más frecuentes en el cine de animación.
¡Piratas! está libremente basada en la serie de libros The Pirates! y, más concretamente, en su primera entrega, The Pirates! in an adventure with scientists. La saga, conducida por el escritor británico Gideon Defoe, cuenta ya con cinco entregas que han tenido una buena acogida crítica, en los que sigue la estela de su primer libro y de la película, introduciendo personajes históricos y dando un carácter muy personal a los libros. Hasta la fecha, han desfilado por las páginas de los libros personajes como Napoleón, Karl Marx, Lord Byron o Mary Shelley. En la saga literaria, al igual que en la película, los piratas no tienen nombre propio, y se les identifica como «El pirata albino», «El pirata con la bufanda verde», etc.
Por desgracia, en la fecha en la que escribo, ninguna editorial española ha editado ninguno de los libros, lo que no deja de ser curioso al tratarse de una película de éxito y una franquicia ya en marcha con buena acogida en otros países.
Quizás debido a la adaptación literaria o a otros aspectos relacionados con los guionistas, el desarrollo de los personajes se resiente en la película, de hecho, más allá del Capitán, de Darwin y quizá de Número dos, el resto de los piratas no son personajes propiamente dichos y son solo meras comparsas para una trama que podría haberse beneficiado de librar al Capitán de su omnipresente protagonismo en algunas partes del film en favor de estos secundarios, casi extras, que la película no logra (¿no intenta?) desarrollar.
En cierto momento de la película, el Capitán debe elegir entre el reconocimiento social por ganar el ansiado premio de «Pirata del año» (que bien podría haberse tratado de un reality show televisivo) y traicionar a sus amigos o volver a su vida, tal como la ha conocido hasta ahora, como patriarca de su tripulación. Evidentemente, en aras de que la historia avance, elige el éxito y la traición, lo que eventualmente le dejará solo y sin el reconocimiento social que ansiaba, obligándole a enmendar su error mediante un acto de redención. Esta concesión con el cine familiar más clásico mediante la introducción de una suerte de moraleja acerca la película a las estructuras más manidas de este tipo de cine, en una cinta que estaba siendo valiente en su trama hasta ese momento. Pareciera que el Capitán nos traiciona también a nosotros. Y, sin embargo, esta capitulación no nos hace sentir especialmente decepcionados pues la película tiene la suficiente fuerza y sentido de la maravilla para conseguir que, incluso en su momento más previsible, tengamos un buen sabor de boca y una sonrisa en los labios.
Por otro lado, los valores que se iluminan en esta parte de la película, que la amistad y la familia son más importantes que el éxito social (y profesional), complacerán a aquellos preocupados de que cualquier producto de entretenimiento destinado, total o en parte, a un público infantil, tenga su parte «educadora». Podríamos, quizás, ser más conscientes de que las moralejas deberían estar más presentes en la vida real que en las películas.
*Javier Viruete es un apasionado de la literatura, el cine, la magia, el teatro, el cómic y de varias otras artes imaginarias aun por inventarse. Su profesión es Sociólogo, especialista en educación, pero ha trabajado en multitud de oficios como investigador social, en videojuegos, mago y emergencias aéreas por citar solo algunas. Ha viajado por casi 25 países y tiene una gata negra llamada Suerte, pues le gusta tener la fortuna cerca.
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