Rebeldes,_Susan_E.Hinton

Por Emma Castaño Sánchez*

Quizá resulte obvio e innecesario escribir una reseña sobre un libro archiconocido, y apreciado por generaciones de lectores. Pero es precisamente esa razón la que me ha llevado a volver a él, y preguntarme qué encierra esta novela, para que, en el transcurso del tiempo, no pierda su carga emotiva y se convierta en una de las primeras lecturas con las que los jóvenes sienten esa comunión con un libro que les lleva a decir «me he sentido identificado».

La elección del libro en la clase también fue esclarecedora. Al componer el conjunto de lecturas propuestas que formarían parte del taller, y que se agrupaban en temas: ciencia-ficción, viajes en el tiempo, mitología, el árbol dentro de la literatura, los libros dentro de los libros, literatura de terror, un grupo de alumnos comentó que echaban en falta libros realistas que denunciaran las injusticias sociales. Alguien dijo que le gustaría leer Rebeldes, esa misma persona, convincente y «embaucadora», convenció a muchos compañeros de la clase, y se convirtió así en el libro estrella.

Luego vino todo lo demás: el libro se mencionaba en muchas de las clases, se hacían comentarios sobre la película, sobre los personajes favoritos, hasta que el día en el que trabajaríamos sobre él, un grupo de alumnos contó que la noche anterior se habían mensajeado por whatsapp para preguntarse si habían llorado al leer la carta que Johnny deja a Ponnyboy dentro del tomo de Lo que el Viento se llevó, en la que le recuerda que no debe perder la ingenuidad que te permite mantener la ilusión por la vida, a pesar de los malos momentos. Él dice «no debes perder el oro», siguiendo las palabras de un poema de Robert Frost, que su amigo le recita cuando contemplan un atardecer.

No es casual que el libro elegido sea Lo que el viento se llevó, una novela que para los estadounidenses tiene referencias épicas, mezcladas con los vaivenes sentimentales de los folletines. Ponnyboy teme dejar atrás las páginas en las que los soldados sureños se enfrentan a una muerte segura, pero afrontan su destino a la manera de los héroes de Troya, sin temor.

Rebeldes plantea más allá de la lucha por la supervivencia de un grupo de jóvenes inadaptados, muchos valores perdidos en la sociedad actual: la generosidad, el altruismo, el espíritu colectivo que ahoga las diferencias individuales por el bien común. Los jóvenes echan en falta esos valores, y como los antiguos lectores apasionados de las novelas de caballerías; o, antes, el público que observaba en la plaza como el juglar narraba las hazañas de los héroes; ellos, se emocionan ante unos personajes, rechazados, bajo cuya apariencia desastrosa esconden Nobleza, Valentía y Bondad.

De sus comentarios, se aprende que este es el mensaje que les ha llegado más hondamente; y, junto con él, la conciencia de grupo, la solidaridad de la colectividad, la pertenencia a algo que te permita sentirte protegido; y, a la vez, te permita ofrecer algo a los demás, ese algo que da sentido a tu vida. ¿Es tan sólo ingenuidad, o nuestros jóvenes están mostrando su rechazo al terrible individualismo que impera; a pesar, de que, en apariencia, reflejan todo lo contrario? ¿Les enseñamos a superar ese individualismo, o a reconocer en la colectividad una manera de sobreponerse a la angustia de sentirse un barco a la deriva?

«Este libro te enseña que en la vida puedes perderlo todo, pero que no hay que rendirse y hay que seguir adelante», «te enseña a no juzgar por las apariencias y a reconocer bajo las peores apariencias, a las mejores personas», «te muestra que puedes encontrar en los amigos lo que, en ocasiones, no encuentras en la familia», «te dice que merece la pena luchar por los demás», «te ayuda a comprender a los que lo pasan mal, y a entender que necesitan ayuda.»

Yo, también he guardado en mi libreta mi fragmento favorito. Estas son palabras de Ponnyboy, el narrador de la historia: «Alguien debería contar la historia desde su punto de vista, y quizás entonces la gente entendería, y no serían tan ligeros a la hora de juzgar.»

Al final, como en las epopeyas, volvemos al comienzo: «Cuando salí a la brillante luz del sol, desde la oscuridad del cine, tenía solo dos cosas en la cabeza: Paul Newman y volver a casa.»

*Emma Castaño Sánchez es profesora de Lengua y Literatura y ha trabajado en diferentes institutos públicos de la Comunidad de Madrid.


Ficha técnica:

Rebeldes
Susan E. Hinton
Editorial: Alfaguara
Colección: Serie Roja
Madrid, 2011
208 páginas
EAN: 9788420475158

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