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“La llamada «Casa Malva» por el color de sus paredes, es un edificio levantado en Gijón para servir de refugio a las mujeres que fueron víctimas de maltrato, así como a sus hijos e hijas. La vida de estos últimos y la importancia que tiene para la infancia la presencia de un hogar de referencia es el motor de esta historia.” Editorial Pintar-Pintar Hace unos meses, Beatriz me regaló este cuento. Me dijo que era un álbum ilustrado muy hermoso y valiente, por supuesto, y como siempre, tenía razón. Sabemos que no es fácil afrontar algunos temas pero creemos que es importante hacerlo, mirar la realidad de frente y comprometerse para seguir educando en igualdad. Vivo en una casa malva nos ofrece la mirada de una niña o niño que ve el mundo desde la ventana de la casa malva, sintiendo la protección de las paredes, de los cristales, de las mantas y, sobre todo, de su cama, que “es como un abrazo”. Y cuando abre la puerta, se encuentra con otras niñas y niños, con otras historias y con un mundo más acogedor. Porque su vida, ahora, es “de color malva”. El texto de Iris Díaz Trancho es preciso y poderoso como un poema. Sus palabras son capaces de nombrar lo que no vemos con una delicadeza extraordinaria. Feliciano García Zecchin ha sabido ilustrar y secuenciar esta historia con un trazo excepcional y una paleta de colores malva llena de matices y de luz. El resultado de este trabajo conjunto es un cuento imprescindible que desde aquí os recomendamos a todas y todos, niñas, niños y adultos. Por Raquel Friera Ficha técnica: Vivo en una casa malva |
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“La llamada «Casa Malva» por el color de sus paredes, es un edificio levantado en Gijón para servir de refugio a las mujeres que fueron víctimas de maltrato, así como a sus hijos e hijas. La vida de estos últimos y la importancia que tiene para la infancia la presencia de un hogar de referencia es el motor de esta historia.” Editorial Pintar-Pintar Hace unos meses, Beatriz me regaló este cuento. Me dijo que era un álbum ilustrado muy hermoso y valiente, por supuesto, y como siempre, tenía razón. Sabemos que no es fácil afrontar algunos temas pero creemos que es importante hacerlo, mirar la realidad de frente y comprometerse para seguir educando en igualdad. Vivo en una casa malva nos ofrece la mirada de una niña o niño que ve el mundo desde la ventana de la casa malva, sintiendo la protección de las paredes, de los cristales, de las mantas y, sobre todo, de su cama, que “es como un abrazo”. Y cuando abre la puerta, se encuentra con otras niñas y niños, con otras historias y con un mundo más acogedor. Porque su vida, ahora, es “de color malva”. El texto de Iris Díaz Trancho es preciso y poderoso como un poema. Sus palabras son capaces de nombrar lo que no vemos con una delicadeza extraordinaria. Feliciano García Zecchin ha sabido ilustrar y secuenciar esta historia con un trazo excepcional y una paleta de colores malva llena de matices y de luz. El resultado de este trabajo conjunto es un cuento imprescindible que desde aquí os recomendamos a todas y todos, niñas, niños y adultos. Por Raquel Friera Ficha técnica: Vivo en una casa malva |
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